jueves, 11 de junio de 2015

Alcornón de Busmori y Pico Miro

Perfil de la ruta
Salida y llegada: Collado de San Antón entre Degaña (Asturias) Páramo de Sil (León)
Distancia: 17 km
Duración: 6:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas:1100 m
Altura Inicial: 1342 m
Altura máxima: 1985 m
Fecha de realización: 6/VI/2015
Dificultad: media
Track de la ruta

Mapas de la ruta

El collado de San Antón separa el concejo de Degaña en Asturias del municipio de Páramo de Sil en León. Se llega por una carretera ancha que comunica el Parque de Carbones situado a las afueras de Cerredo con la Central Térmica de los Anllares en Páramo de Sil. No está señalizada y se coge entrando en el mismo parque de carbones.

Camino ancho al comienzo de la ruta.

Nada más comenzar el descenso del puerto por la vertiente leonesa dejamos el coche en un aparcamiento amplio a la izquierda e iniciamos la ruta caminando carretera abajo unos 300 metros hasta encontrar un camino a la derecha marcado con un hito. El camino ancho y casi llano dura poco y enseguida se transforma en empinado sendero entre los gamones, escobas y sobre todo brezo; el brezo en flor estará presente en toda la ruta.

Senda entre el brezo cerca del Arroyo de la Regueirona.

Después de este primer repecho la senda nos lleva a una zona casi llana atravesada por el arroyo seco de La Regueirona muy cerca de su nacimiento bajo los contrafuertes septentrionales del Alto de la Gubia del Portillón. No es una zona de mucha piedra pero los canchales que vemos y las piedras con las que ocasionalmente tropezamos son de cuarcita.

Primera de las lagunas de Fasguéu; al fondo el Alto del Bigardón.

De nuevo el camino se empina dejándonos en una nueva pequeña cubeta con una charca casi seca. Enfrente tenemos una empinada ladera que la senda supera zigzagueando en corto y mediante una gran revuelta más arriba. Pero el esfuerzo merece la pena porque nos deja en la orilla de la primera y hermosa laguna de Fasguéu de origen glaciar como su hermana situada un poco más arriba. Las pequeñas morrenas que cierran ambas lagunas son de pizarra que contrasta con la cuarcita blanca del resto de la sierra (obviamente los líquenes que tapizan las rocas expuestas a la intemperie oscurecen completamente la roca y sólo veremos su inmaculado color cuando en algunas zonas altas el hielo las fracture y triture). Aprovechamos para hacer fotos porque el entorno lo merece y arriba, en la cumbre del Alto del Bigardón (cumbre primera del Cornón de Busmori), vemos a otros montañeros que nos preceden. La rodeamos por la derecha y subimos a la segunda que es tan hermosa como la primera y algo más grande.
Las dos lagunas glaciares de Fasguéu.

La senda, siempre bien marcada y con hitos en algunos tramos, la rodea ahora por la izquierda para situarnos sobre una peña desde la que tenemos una buena vista de las dos lagunas. Una vez fotografiadas a placer, reanudamos la subida dando cortos zigzags que nos permiten ganar altura rápidamente entre el omnipresente brezo y nos dejan en la cima del cordal. Unos pasos por él, en el mismo límite provincial, nos dejan en el Alto del Bigardón coronado por un montón de piedras.
Cerca de la cima del Alto de Bigardón.

Prácticamente toda la ruta transcurre por la provincia de León y sólo caminamos por la divisoria provincial en este corto tramo del cordal. Por otro lado, en todos los mapas topográficos, a este punto más alto lo llaman Alto del Bigardón y reservan el nombre Cornón de Busmori para otro montículo de esta misma montaña situado, más al sur, en León.

Lagunas de Fasguéu y localidad de Cerredo desde el Alto del Bigardón.

Toda la ladera occidental también está cubierta de brezo, aunque en la cumbrera encontramos enebros rastreros asociados a las zonas rocosas. La ladera asturiana (al norte) es más abrupta, mientras que por la sur baja un gran canchal. Y las vistas se extienden al oeste hasta el pico Miravalles (pasando por el Teso Mular y la Moredina donde estuvimos no hace mucho) y hasta el Cornón y Las Ubiñas por el este. Al norte la Sierra de Degaña y por encima emerge el pico Caniellas y más al este el Cuetu Arbás. Al sur la cuerda de esta sierra se extiende por el Cornón de Busmori y más allá hasta los cercanos picos Boquín y Miro que visitaremos más tarde.


 
Al sur vemos el Alcornón de Busmori y, detrás, los picos Boquín y el Miro.

A poniente vemos La Moredina, el Teso Mular, Camposa y Turrunteira.

Desandamos la ruta por la cuerda y seguimos un sendero hacia el este que nos lleva al cercano Altu Gubia Portichón sobre las lagunas de Fasguéu. Aquí cambiamos el rumbo para seguir entre el brezo la cumbrera de la sierra hacia el sur enlazando enseguida, en el collado Coronxo, con la senda que viene más directa del Bigardón. Así llegamos a los dos montículos pedregosos que forman el Cornón de Busmori donde han crecido algunos enebros rodeados por el brezo. Las vistas hacia el pico Miro y hacia el valle de Busmori, al este, son magníficas.

Enebros en la cima del Cornón de Busmori; los picos Boquín y Miro ya cerca.

Mirando atrás: Alto del Bigardón y Cornón de Busmori (canchal por el que bajamos).

Para atajar, descendemos por un pedrero de bloques de cuarcita cubiertos de líquenes hasta enlazar con la senda que rodea el Cornón. La senda nos lleva por el collado siempre entre el brezo y sigue, más allá, por la empinada ladera del Miro cuya cima rocosa alcanzamos enseguida. Encontramos un vértice geodésico, un buzón de montaña y, sobretodo, unas vistas inmejorables de la hermosa laguna del Pozo Cheiroso a nuestros pies. Forma una perfecta cubeta glaciar de forma casi rectangular que desagua al este por el Arroyo de la Braña el Monte.

Pozo Cheiroso, desde el Pico Miro.

Poco paramos en la cima pues queremos obtener una perspectiva mejor de la laguna y del propio Miro. Descendemos por la corta cresta sur hasta alcanzar el Collado de la Bobia. Y seguimos más allá por la cumbrera de la sierra donde encontramos afloraciones de cuarcitas blancas perfectamente talladas. Alcanzamos un alomado montículo desde donde tenemos la perspectiva deseada y paramos a comer disfrutando de la preciosa imagen de la laguna y el pico Miro.

Cuarcitas talladas cerca del Collado de la Bobia.

Laguna Pozo Cheiroso bajo los picos Miro y Boquín.

Una hora más tarde, retomamos la ruta y emprendemos un rápido descenso directo hacia la laguna. Podríamos haber retrocedido hasta el collado de la Bobia y bajar por la senda. A la orilla de la profunda laguna la vida parece detenerse, tal es la quietud y el sosiego de su entorno. Pero nuestro camino aún debe proseguir, y continuamos por una senda hitada que baja en paralelo o por el mismo arroyo. Enseguida llegamos a la Braña del Monte de la que no queda más que la muria de un prado.

Pozo Cheiroso; lo bordeamos por la derecha hasta su desagüe.

En este punto encontramos un hito más grande que nos lleva por la misma riega y obviamos otros que van en paralelo por la margen derecha. Poco más abajo, cuando la pendiente aumenta fuertemente, debemos abandonar la riega para coger el sendero bueno unos metros a la derecha por encima de un pequeño lomo.

Valle Braña el Monte por el que bajamos.

En esta parte empinada cruzamos y descruzamos la riega continuando después por la margen derecha. En algunos tramos el arroyo se filtra y desaparece surgiendo más abajo como manantial, y las altas escobas flanquean el sendero; menos mal que hace unos años desbrozaron el camino.

La senda pasa entre altas escobas. Menos mal que está desbrozada.

El descenso entre las altas escobas en flor se hace largo y el sendero pasa definitivamente a la margen izquierda hasta desembocar en la calle asfaltada que viene de la carretera y da acceso a unas cabañas arregladas y con piscina. Cruzamos la carretera que viene del Collado de San Antón y también el río Valdeprado por un puente para llegar a la aldea de Valdeprado donde encontramos una fuente de piedra de reciente factura y casas con tejado de pizarra algunas acondicionadas y otras casi abandonadas.

Fuente en Valdeprado


Dejamos atrás Valdeprado.

Podríamos regresar subiendo al puerto por la carretera, pero huimos del asfalto y seguimos el camino hormigonado que cruza el pueblo y sigue de tierra dejando a la derecha el cementerio. A la izquierda el río riega la Vega de San Antonio y, más arriba, cruzamos el arroyo de Valdelosa antes de llegar a la Braña de Susañe con muchas cabañas arregladas como segundas residencias.
Casas arregladas en la Braña de Susañe.


Cruzando el Arroyo de Valdeprado.

Aquí salimos a la carretera y podríamos seguir por ella para cerrar el circuito un kilómetro y medio más arriba. Pero enseguida la abandonamos y tomamos a la derecha el antiguo camino algo perdido pero que se sigue con facilidad y cruza primero el Arroyo Praizal y después el Arroyo de Valdeprado por dos veces antes de dejar a la izquierda una pequeña y vieja área recreativa. Al poco desembocamos en la carretera unos metros por encima de donde dejamos aparcado el coche por la mañana.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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